Cuidado del cuero cabelludo |

El cuero cabelludo: una piel especial

La piel que forma el cuero cabelludo mantiene algunas diferencias respecto a la del resto del cuerpo:

Tiene un menor grosor: es una piel más fina que la de la mayoría del cuerpo.
Apenas tiene pigmentación: apenas tiene capacidad de ponerse morena y por eso es tán fácil quemarse esa zona.
Es una piel más grasa: al contener más folículos pilosos (más pelo) genera más sebo.
Es una piel muy irrigada: es una zona muy basculada y por eso cualquier herida en la cabeza se hace muy espectacular.

Datos curiosos sobre tu pelo

Nacemos con unos 1150 folículos por centímetro cuadrado, pero al llegar a la edad adulta ya solo contamos con 400. En el mejor de los casos, esta será la densidad que mantendremos el resto de nuestra vida.

Cada cabello crece durante 3 y 5 años, entre 6 y 12 cm al mes. Este proceso es más rápido en las mujeres y es a los 50-60 años cuando alcanza la velocidad máxima de crecimiento.

Los factores principales de la caida del pelo son las hormonas, el exceso de secreción sebácea, los radicales libres y la mala circulación sanguínea.

Cuidado del cuero cabelludo

El error más común en el cuidado del cabello, es lavarlo en exceso: con demasiada frecuencia y con champús demasiado agresivos. Un champú muy agresivo, además de limpiar, arrasará con la capa natural de protección de la piel. Esta capa es la responsable de que la piel se mantenga hidratada y equilibrada. Al arrasar con ella, lo que hará la piel para protegerse de una manera rápida es generar más sebo. Y así, cuanto más nos lavamos el pelo, más sebo generamos (el efecto rebote), y lo que es peor, el cuero cabelludo se va debilitando.

El cuero cabelludo desequilibrado o debilitado acabará presentando algún problema. Los más frecuentes son:

Seborrea
Presencia de caspa
Sensibilidad e irritación
Caída del pelo

El objetivo es mantener el cuero cabelludo sano y fuerte y reducir así los problemas que un cuero cabelludo desequilibrado nos pueda acarrear.

Lo más recomendable es emplear un champú que respete la capa natural de protección de la piel, que no contenga sulfatos agresivos ni cualquier otro tensioactivo fuerte, que ayude a mantener el cuero cabelludo equilibrado, hidratado y sano.

Un champú que no arrase no significa que no sea efectivo ni que lo lave bien el pelo, una cosa no tiene nada que ver con la otra. De hecho a medida que se va usando este tipo de champús más suaves, el cuero cabelludo se va reequilibrando, va generando menos sebo y se va espaciando el tiempo entre lavado y lavado.