Ya sabemos que el
deporte
es bueno para nuestro cuerpo y nuestra mente, pero también lo es (y mucho!) para nuestra piel.
Al practicar ejercicio cardiovascular, como correr, andar en bici o nadar, la
circulación sanguínea
aumenta. Las arterias se dilatan y la sangre, cargada de oxígeno, llega en más cantidad a los capilares que alimentan la piel. De manera inmediata nuestra piel adquiere un tono más vivo y sano, mejorando y retrasando la aparición de capilares, cvarices y celulitis. Además, al aumentar el flujo sanguíneo, aumenta el aporte de nutrientes y oxígeno, estimulando el
metabolismo de la piel
e incrementando la renovación del colágeno y elastina..
Otra ventaja del deporte es el sudor, que quizá en el momento no sea lo más atractivo, pero a través de él se
eliminan las impurezas y toxinas de la piel
. Los poros se abren y expulsan los residuos y todo aquello que los pueda estar ocluyendo. Es importante no llevar maquillaje al hace ejercicio, ya que éste se mezcla con el sudor y puede llegar a obstruir los poros.
El ejercicio físico favorece la eliminación de líquidos, con lo que la hinchazón se reduce.
Pero hay que tener en cuenta que para ciertos tipos de piel el ejercicio cardiovascular quizá no sea el más adecuado. Por ejemplo, si sufres de rosácea o un caso grave de acné, el aumento de la temperatura dela piel al hacer ejercicio puede hacer que ésta empeore. En casos como estos es más recomendable hacer ejercicio tipo yoga o pilates; que además estimulan la relajación, muy beneficiosa para ambas patologías.
Y por supuesto, tan importante como hacer deporte es hidratarse mientras lo haces. No te olvides de beber al menos medio litro o un litro de agua cuando acabes de hacer ejercicio.